Resumen:
Grande, muy grande fué la satisfacción que experimenté cuando en una de esas mañanas en que una melancolía inmensa embargaba halo mi espíritu; mi amigo el poeta Julio César Maggiolo, N; se presentó ante mi, con el alma rebosante de alegría para manifestarme que pronto daría a la publicidad, el primogénito de sus intelectos, el cual se intitularía CAMELIAS A ROSAS*’, y que amí, que tantas veces había sido testigo ocular de sus tristezas me estaban reservadas dos paginas en blanco para (pie las vistiera con el esfuerzo de mi humilde pluma, y parece que en ese instante supremo de alegrías, olí
las camelias del tierno remanso de su huerto hermoso... ¡Cesaron mis penas, cesaron mis penas y un canto sonoro repercutió el eco...