Resumen:
Hernández Franco no podía haber pensado en mejor amigo al designarme para tirar el cordón y levantar los cortinajes de éste libro. Pero no había pensado tal vez en peor prologuista. En efecto. Todas nuestras coincidencias de camaradas, nuestra cordialidad siempre en aumento y la sólida soldadura de nuestro compañerismo se vuelven lanzas en
el dominio literario. Tenemos una concepción antípoda de la vida y, claro está, que del arte y de las letras ; puesto que el arte y las letras no son sino la interpretación personal de las realidades que captamos.