Resumen:
Señores Delegados:
Vuestra presencia en la capital de la República es motivo de justificado alborozo para el Gobierno que presido y para el pueblo dominicano, cuyos tradicionales sentimientos de hospitalidad se ven hoy colmados por la feliz circunstancia de que hayáis venido a realizar entre nosotros los conspicuos trabajos de la décimo-tercera Conferencia Sanitaria Panamericana.
Este acontecimiento reviste singular importancia en momentos en que los gobiernos y los pueblos de América, urgidos por extraordinarios acontecimientos políticos, confrontan, más que nunca, la necesidad de mostrarse al mundo unidos y fortalecidos por un inquebrantable y solidario deseo de justicia que haga de todos nosotros un solo baluarte de la libertad y la dignidad humanas. Vuestra reunión debe mirarse también como una afortunada circunstancia constructiva en tiempos procelosos en que el espíritu de las
relaciones internacionales se mueve constantemente hacia fines negativos de destrucción, predominio e injusticia.