Abstract:
La República Dominicana ingresó a la Organización Internacional del Trabajo en 1924 (1), pero su incorporación a esa institución no tuvo consecuencias prácticas hasta que el Generalísimo Trujillo inició en 1930 la política que nos proponemos describir a grandes
rasgos, y la cual ha puesto al alcance del trabajador dominicano conquistas inapreciables que han elevado su nivel de existencia por encima del que continúa teniendo el obrero en otros países de América de sensibilidad social menos desarrollada.